BRASILIA, Brasil.- El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que el ex alcalde de San Pablo Fernando Haddad será su ministro de Hacienda, poniendo fin a días de especulaciones.
Está previsto que Lula asuma el cargo el 1 de enero de manos del titular Jair Bolsonaro, a quien derrotó en las elecciones de octubre.
Lula eligió al diplomático de carrera Mauro Vieira como ministro de Relaciones Exteriores, al ex diputado José Mucio como ministro de Defensa, al gobernador de Bahía Rui Costa como jefe de gabinete y al ex gobernador del estado de Maranhao Flavio Dino como ministro de Justicia.
Tras el anuncio de la designación de Haddad como ministro de Hacienda, el real brasileño bajó un 1,3% frente al dólar, antes de moderar las pérdidas y caer un 0,9%. El índice bursátil de referencia Bovespa subía un 0,3%.
Los inversores han esperado con ansiedad la elección de Lula para dirigir la economía, inquietos por su anuncio de una propuesta multimillonaria para aumentar el gasto social a partir del año próximo. La propuesta ya ha sido aprobada en el Senado, pero aún debe ser votada en la Cámara baja.
Haddad dijo el viernes que ha empezado a reunir a su equipo, pero que no anunciaría ningún nombre inmediatamente.
Abogado, máster en Economía y doctor en Filosofía, el nombre de Haddad lleva semanas sonando como futuro jefe de las finanzas.
Aunque se le considera un moderado dentro del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, los inversores temen un gasto social desenfrenado y una falta de disciplina fiscal.
Como alcalde de San Pablo, entre 2013 y 2016, Haddad renegoció la deuda de la mayor ciudad de Brasil con el Gobierno federal, reduciéndola en unos 50.000 millones de reales y obteniendo el grado de inversión. Desde que perdió su candidatura a la reelección como alcalde en 2016, se describe como profesor universitario.
La relación de Haddad con Lula creció durante la campaña presidencial de 2018, cuando era el candidato del PT después de que Lula fue excluido de la carrera por condenas por corrupción que luego fueron anuladas. Reconoce los peligros de la deuda, pero defiende que el gasto público puede tener un efecto multiplicador en el crecimiento económico a la vez que distribuye la renta en la sociedad. (Reuters)